Se denomina
arabista al
especialista en lengua o cultura árabe. Por su peculiar historia, España ha desarrollado una escuela de arabistas importante a partir fundamentalmente de la Ilustración, que redescubre el importante legado de la civilización hispanomusulmana durante la Reconquista. En el
siglo XVIII Miguel Casiri catalogó los manuscritos de la biblioteca de San Lorenzo de El Escorial. Su discípulo José Antonio Conde (m. 1820), escribió una
Historia de la dominación de los árabes en España. El erudito
Pascual Gayangos (1809-1897) continuó esta tradición en el siglo XIX, que se benefició de la maurofilia romántica. Su más importante discípulo fue
Francisco Codera Zaidín (1836-1917), en la cátedra de árabe de la Universidad de Madrid. Este editó los diez volúmenes de la
Bibliotheca Arabico-Hispana. Sus discípulos
Julián Ribera (1958-1934) y
Miguel Asín Palacios (1870-1944) elevaron el arabismo español a plena sintonía con el europeo, realizando importantes contribuciones. Siguió a estas dos figuras su discípulo
Emilio García Gómez (1905-1995) cuya personalidad llena el siglo XX y fue uno de los descubridores de las
jarchas. Fue el primer director de la Escuela de Estudios Árabes de Madrid.